ARTIST STATEMENT
Brooklyn-born and raised, Puerto Rico was a distant, nebulous place. Art allowed me to remember, re-envision this ancestral homeland. The incessant need to reconnect became the impetus behind my work and my 2014 rematriation. Here colonialism continues as a living, breathing beast urging that art be a decolonial strategy. With my creative practice I expand, advance, and document my own liberation praxis while contributing to a collective liberatory process. Navigating notions of motherland/ otherland, I search the abyss that stretches between them, channeling suppressed/ repressed ancestral wisdom. I scan these waters, their creatures, trenches and troughs, raising submerged aesthetics and subversive maps to liberation from the seabed graves of our ancestors.
Observing the cosmos reflected in Vieques’ bioluminescent waters inspired me to paint our ancestors as light beings and nebulas. Channeling my family’s espiritismo tradition, these portraits on black backgrounds serve as explorations of spirit and light energy. Navigating darkness cultivates new ways of seeing and being, harnessing our own light as decolonial strategy. At the axis of life and death, of systemic violence and the reclamation of birthing/ living on our terms, my liberation search pushed past political struggle to a transcendent spirit practice that has expanded in these rematriated years.
Hurricanes Ir-Ma-ría, the four plus months of darkness that followed in my home/ studio, and the fireflies alight in those nights reignited my interest in bioluminescence and gave new meaning to my black canvases. I began painting resilient Ricans in the red, black, and yellow of lightning bugs, surrounded by their green glow—colors anchoring Puerto Rico within the greater African liberation struggle. Reflecting on rematriation, I channel the deep-sea bioluminescence of the Puerto Rico Trench we traverse, painting charco-crossers-in-reverse in colors of light-producing/ emitting organisms, sustainable and symbiotic. Superimposing over our own bodies their almost unearthly transparency, their darkness and simultaneous light mirrors the imposed invisibility and unbelonging under colonialism. Inserting ourselves in the supposed harsh environment of the abyss where sunlight doesn’t reach, where oxygen is scarce, symbolizes our reclaiming of ancestral lands that they say are uninhabitable and unsustainable while they simultaneously/ hypocritically covet them.
Years of navigating darkness and bioluminescence in my creative practice emerged as transcendent medicine when diagnosed with retinal degeneration in 2020, undergoing emergency eye surgery. Art proved to be a tool towards wellness: one of our greatest liberation weapons when emerging from the legacies of genocide and conquest.
DECLARACION DE ARTISTA
Nacida y criada en Brooklyn, Puerto Rico era un lugar distante y nebuloso. A través del arte pude recordar y reimaginar a mi tierra ancestral. La incesante necesidad de reconectar se convirtió en la fuerza impulsora de mi obra y de mi rematriación en el 2014. Aquí el colonialismo continúa como una bestia viva urgiendo que el arte sea una estrategia decolonial. Con mi práctica creativa documento y adelanto mi praxis libertaria, mientras contribuyo a un proceso de liberación colectivo. Voy navegando el abismo que se extiende entre la matria y el imperio, canalizando saberes ancestrales suprimidos/ reprimidos. Explorando estas aguas, sus criaturas y trincheras, busco nuevas estéticas y estrategias para trascender el colonialismo. Voy en busca de mapas subversivas sumergidas.
Observar el cosmos reflejado en las aguas bioluminiscentes de Vieques me inspiró a pintar a nuestres ancestres como nébulas y seres bioluminiscentes. Canalizando la tradición espiritista de mi familia, estos retratos sobre fondos negros son exploraciones del espíritu y la energía luminosa. Navegar por la obscuridad desarrolla nuevas formas de ver y de ser, cultivando nuestra propia luz como estrategia decolonial. En el eje de la vida y la muerte, de la violencia sistémica, la reclamación de parir y vivir a nuestra manera, mi búsqueda de liberación fue más allá de la lucha política. Expandió a una práctica espiritual trascendente.
Los huracanes Irma y María, cuatro meses de oscuridad en mi casa/estudio, y las luciérnagas reactivaron mi interés en la bioluminiscencia, y dieron un nuevo significado a mis lienzos negros. Empecé a pintar valientes boricuas en el rojo, negro y amarillo de las luciérnagas, rodeades de su verde luz, colores que anclan a Puerto Rico dentro de la mayor lucha por la liberación negra. Reflexionando sobre la rematriación, canalizo la bioluminiscencia del abismo de la Trinchera de Puerto Rico, pintando a nosotres que hemos cruzado el charco en reversa en colores de los organismos emisores/productores de luz, sostenibles y simbióticos. Superponiendo sobre nuestros propios cuerpos su transparencia, su oscuridad y luz simultánea, refleja la invisibilidad impuesta bajo el colonialismo. Insertarnos en el ambiente supuestamente inhospitable del abismo al que no llega la luz solar, donde el oxígeno es escaso, simboliza nuestro reclamo de tierras ancestrales que, según ellos, son inhabitables e insostenibles mientras las codician simultáneamente/ hipócritamente.
Años de navegar por la oscuridad y la bioluminiscencia en mi práctica creativa resultaron ser medicinales cuando en el 2020 me diagnosticaron con degeneración retiniana y fui sometida de emergencia a una cirugía ocular. El arte es una herramienta hacia el bienestar, nuestra mayor arma libertaria en sanar de los legados de la conquista y el genocidio.
Nacida y criada en Brooklyn, Puerto Rico era un lugar distante y nebuloso. A través del arte pude recordar y reimaginar a mi tierra ancestral. La incesante necesidad de reconectar se convirtió en la fuerza impulsora de mi obra y de mi rematriación en el 2014. Aquí el colonialismo continúa como una bestia viva urgiendo que el arte sea una estrategia decolonial. Con mi práctica creativa documento y adelanto mi praxis libertaria, mientras contribuyo a un proceso de liberación colectivo. Voy navegando el abismo que se extiende entre la matria y el imperio, canalizando saberes ancestrales suprimidos/ reprimidos. Explorando estas aguas, sus criaturas y trincheras, busco nuevas estéticas y estrategias para trascender el colonialismo. Voy en busca de mapas subversivas sumergidas.
Observar el cosmos reflejado en las aguas bioluminiscentes de Vieques me inspiró a pintar a nuestres ancestres como nébulas y seres bioluminiscentes. Canalizando la tradición espiritista de mi familia, estos retratos sobre fondos negros son exploraciones del espíritu y la energía luminosa. Navegar por la obscuridad desarrolla nuevas formas de ver y de ser, cultivando nuestra propia luz como estrategia decolonial. En el eje de la vida y la muerte, de la violencia sistémica, la reclamación de parir y vivir a nuestra manera, mi búsqueda de liberación fue más allá de la lucha política. Expandió a una práctica espiritual trascendente.
Los huracanes Ir-Ma-ría, cuatro meses de oscuridad en mi casa/estudio, y las luciérnagas de esas noches reactivaron mi interés en la bioluminiscencia, y dieron un nuevo significado a mis lienzos negros. Empecé a pintar boricuas valientes en el rojo, negro y amarillo de las luciérnagas, rodeades de su verde luz, colores que anclan a Puerto Rico dentro de la mayor lucha por la liberación negra. Reflexionando sobre la rematriación, canalizo la bioluminiscencia del abismo de la Trinchera de Puerto Rico, pintando a quienes hemos cruzado el charco en reversa en colores de los organismos emisores/productores de luz, sostenibles y simbióticos. Superponiendo sobre nuestros propios cuerpos su transparencia, su oscuridad y luz simultánea, refleja la invisibilidad impuesta bajo el colonialismo. Insertarnos en el ambiente supuestamente inhospitable del abismo al que no llega la luz solar, donde el oxígeno es escaso, simboliza nuestro reclamo de tierras ancestrales que, según ellos, son inhabitables e insostenibles mientras las codician simultáneamente/ hipócritamente.
Años de explorar la oscuridad y la bioluminiscencia en mi práctica creativa resultaron ser medicinales cuando en el 2020 me diagnosticaron con degeneración retiniana y fui sometida de emergencia a una cirugía ocular. El arte es una herramienta hacia el bienestar, nuestra mayor arma libertaria en sanar de los legados de la conquista y el genocidio.